domingo, 24 de febrero de 2013

Español: tesoros y peligros de los manglares

Del diario nicaragüense La Prensa


Entre Puerto Corinto y Poneloya hay unos manglares donde a diario decenas de hombres y mujeres se ganan la vida sacando conchas y punches. Es un “trabajo extremo”

A media mañana, en un manglar que está entre Puerto Corinto y la playa de Poneloya, un hombre se pasea dentro de una panga* que mide unos tres metros de largo y menos de uno de ancho. Da vueltas y vueltas, pensando una, dos, tres y hasta 10 veces meterse entre el lodo.

Se llama Álvaro Ulloa Meléndez. Tiene 39 años y más de 20 dedicándose a la extracción de conchas negras. A pesar de su experiencia, Ulloa siempre resiente meterse entre el fango del manglar para iniciar sus labores. “Este trabajo es terrible, mi papá siempre me decía que es para cerdos”, se excusa.

El manglar donde Ulloa y siete compañeros más están extrayendo conchas se llama La Palma. Apenas se bajan de la panga, las piernas de los concheros se introducen casi hasta la cadera entre el fango. “Aquí hay que saber caminar”, dice Ulloa.

Antes de meterse al lodo, los concheros se cubren todo el cuerpo con ropa vieja, de trabajo, le llaman ellos. Solo el rostro queda al descubierto. Meterse entre el fango para extraer las conchas implica muchos peligros. “A veces me voy arrastrando en el lodo, debajo de las ramas (de mangle), vuelvo a ver hacia arriba y tal vez está una boa. Lo que me ha salvado es que casi siempre están dormidas”, relata Santiago Osorio Carrillo, de 20 años, quien desde los 13 es conchero***.

*panga: pequeña embarcación de motor

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